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Fantasía 13, Secretaria  

cozaco1967 57M
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2/15/2019 2:10 pm
Fantasía 13, Secretaria


Como es habitual llego a mi oficina por la mañana, cuando entro suena el teléfono, es mi hermosa jefa y me pide que vaya a su oficina. Toco a su puerta y me pide que entre, al entrar encuentro a una hermosa jovencita sentada y mi jefa me pide que me siente. La joven tendrá escasos 23 años, lleva una falda ligeramente corta y se puede observar que tiene una linda figura. Me informa que a partir de ese momento ella será mi secretaria, lo cual me alegra muchísimo y me dicen que por el momento ella tendrá que trabajar dentro de mi oficina mientras acondicionan un lugar para ella, lo cual no me incomoda.
Nos retiramos a mi oficina y doy instrucciones para que pongan un escritorio y la extensión telefónica, mientras tanto platico con ella para explicarle que es lo que hago allí y que espero de ella. Quedo gratamente sorprendido cuando veo que toma apuntes sin que yo le pida hacerlo.
El acondicionamiento fue rápido y mientras Kary (así se llama) acomodaba sus pertenencias pude observar que tiene un cuerpo envidiable, llevaba puesta una falda blanca, corta, que cuando se inclinó pude observar su rico trasero, se quitó el saco y su blusa negra contrastaba hermosamente con la blancura de su piel- El día trascurrió tranquilamente, su charla era amena y culta para su edad, lo cual me gustó mucho. Dispuse su escritorio de tal manera que pudiera verla de frente y podía observar claramente sus bellas piernas debajo del escritorio. La falda se le subía y en ocasiones ella dejaba abiertas sus piernas dejándome ver sus muslos y parte de su sexy tanga blanca. Al contar con oficina propia tengo la mala costumbre de que de vez en cuando al hablar por teléfono poso mi mano en mi miembro y después de un rato me percaté que si yo puedo verla en todo su esplendor, ella puede hacer lo mismo y así fue, estaba hablando con una clienta y por costumbre puse mi mano en mi miembro, pude ver que ese movimiento no pasó inadvertido por ella. Por morbo, comencé a pasar mis dedos, acariciando mi miembro, el cual comenzó a crecer y ponerse duro. Ella veía disimuladamente y pude observar como su pecho comenzaba a agitarse, sus senos subían y bajaban y sus pezones se comenzaban a marcar en su blusa. Ella tenía las piernas abiertas y las fue cerrando lentamente, se veía que apretaba sus muslos y por un momento cerro los ojos, después cruzó las piernas mientras veía como me acariciaba. Acto seguido comenzó a frotar levemente sus piernas, tenía la boca ligeramente abierta y jadeaba calladamente. Ella, si pensarlo, bajo una de sus manos y la llevó a su vagina, apretándola un poco, en ese momento dejo salir un pequeño gemido, se asustó un poco y busco mi mirada para ver si me había dado cuenta, yo me hice como que no vi ni escuche nada. Entonces Kary se puso de pie y sonrojada se dirigió a mi escritorio con unos papeles. Yo colgué el teléfono y cuando estuvo frente a mí me puse de pie, me dio los papeles para que los firmara, cuando los tomé para verlos pude ver que su vista estaba fija en mi miembro erecto que se marcaba en mi pantalón. Le pregunté si todo estaba bien porque la veía un poco chapeada, me dijo que todo bien, era solo el calor, se dio la vuelta y se fue a su lugar caminando despacio, contoneando sus caderas de una manera muy sensual. Tomé asiento y ella se sentó en su lugar dejando abiertas sus piernas, pude llegar a distinguir que una parte de su tanga tenía un color diferente, estaba húmeda, se encontraba excitada. Al terminar el día ella se despide y me acerco para darle un beso en la mejilla, fue un beso sensual, rozando la comisura de sus labios. Me ofrecí a llevarla o acercarla a su casa y me dijo que iba a ir a un centro comercial cercano y que no era necesario.
Al día siguiente llegue a la oficina y mi Kary no había llegado, 5 minutos después llegó, llevaba un vestido negro corto y entallado, se veía realmente hermosa, me pidió disculpas por haber llegado tarde, se veía muy apenada. Le dije que no se preocupara, tan solo habían sido 5 minutos de retraso y que entendía que estaba acostumbrándose a su nueva ruta. Se sintió más tranquila y tomo su lugar. Vaya que era un deleite verla, su vertido era más corto que la falda del día anterior y se podía apreciar más sus bellas piernas. Comenzamos a hablar un poco acerca de nosotros y nos fuimos conociendo un poco más. Al medio día llegó una de mis clientas favoritas, una mujer madura de 48 años pero que tenía una figura y sensualidad que hasta la misma Kary envidiaba, decía que necesitaba que la asesorara pero en realizadas siempre iba para coquetear conmigo. Entró a la oficina, llevaba un vestido cruzado, ricamente escotado que dejaba ver parte de sus firmes y hermosos senos. La recibí y me corresponde con un beso en la mejilla y un abrazo, apretando su busto contra mi pecho y siento como su pelvis la pega a mi cuerpo, obviamente mi miembro comienza a reaccionar ante semejante mujer. Se sienta y al ser cruzado su vertido se abre al cruzar las piernas dejándome ver sus muslos en todo su esplendor. Puedo ver que la expresión de Kary no es buena, su gesto se torna molesto. Una vez que me comenta su problema y le doy mi punto de vista a mi clienta ya para concluir y que se retire, mi clienta comienza a platicarme de temas más triviales, invitándome un día a que le asesore un día en su casa porque le cuesta mucho trabajo encontrar estacionamiento, mientras habla sus manos las posa en su busto, jugueteando con su escote y de vez en cuando con la abertura de su vestido. Esto no le cae muy bien a Kary pero solo está a la expectativa. Entra una llamada y Kary me dice que es un cliente y desea hablar conmigo. Mi clienta me dice que no me quita el tiempo, se levanta y al levantarme se da cuenta que mi miembro esta duro, se acerca a mí y se despide con un abrazo muy pegado a mí cuerpo, sintiendo como aprieta sus caderas a las mías y diciéndome al oído que espera mi llamada.. Kary, muy cortésmente la acompaña a la salida mientras yo hablo con mi otro cliente pero no hay llamada alguna. Al entrar Kary me ve de pié y observa mi grado de excitación, sonríe y me dice que sí que es señora sabe cómo despertar pasiones y se da la vuelta contoneándose para que yo la vea, a lo que yo le respondo que si sigue caminando así menos me va a ayudar para que se me baje, ella ríe y dice que no lo cree, que la señora que se fue es mucho más sexy de lo que ella puede ser. Dicho esto, sentada en su silla, recarga su espalda en el respaldo de la silla, cruza sus manos al nivel de su vientre y de frente a mi cruza sus piernas. Ella sabe que tanto esto viendo, me observa detenidamente. Le digo que se subestima porque no es solo el cuerpo ni los años los que hacen a una mujer interesante, sino la actitud de sentirse bella, la capacidad intelectual de hablar no solo de sexo y el porte para demostrar su seguridad lo que hace a una mujer deseable, mientras le digo esto, ya sentado, mi mano acaricia mi miembro, tratándolo de acomodar en mi pantalón. Me ve y aprieta sus piernas, dejo de acomodar mi pene y abro el cierre de mi pantalón recostándome un poco en la silla, meto mi mano dentro y comienzo a acariciarme. Kary mueve sus caderas rítmicamente, lento sin dejar de verme, una de sus manos las sube y con sus dedos va acariciando su cuello, bajando por su pecho, rozando su busto. Sus pezones están duros y continúa frotando sus piernas. Le digo que toda mujer puede ser tan sensual y hermosa como ella quiera, lo importante es que se conozca y reconozca que es lo que desea, explorar cada parte de su cuerpo, aprender a tocarlo a verlo hermoso. Ella me escucha viéndome tocar, baja sus piernas y las deja abiertas y con la otra mano comienza a acariciar sus muslos. Yo saco mi pene de mi pantalón y comienzo a subir y bajar con mi mano. Kary mete su mano dentro de su vestido, acariciando su busto, es la hora de la comida y estamos solos en la oficina. Me pongo de pie, mi pene esta erecto y me pongo frente a ella apoyado en mi escritorio acariciándome con la mano. Kary está casi acostada en la silla, su vestido está casi subido por la parte de abajo, acariciando su vulva sobre su tanga que está totalmente mojada, su boca abierta, jadeando. Se levanta y va a mi encuentro. Se pone de frente a mí, la tomo por la cintura y la beso, sus manos van a mi miembro, acariciándolo mientras las mías bajan su vestido para dejar al descubierto sus hermosos senos. Sus pezones están duros, puntiagudos y mi boca se deleita con el sabor de su lengua, Mi mano hurga entre sus piernas acariciando su vulva, siento como sus líquidos mojan mis dedos y su cuerpo se va pegando al mío. Kary se despoja de su tanga, la tomo entre mis brazos y la siento en mi escritorio. Mis labios chupan sus pezones haciéndola gemir. Arquea la espalda al sentir mi boca en sus senos y mis manos en su vagina y comienza a acostarse en mi escritorio, es allí cuando decido probar su dulce néctar y mis labios acercan a su vulva caliente, húmeda y palpitante, siento como su cuerpo se contrae cuando mi lengua recorre su vulva, levanta y baja sus caderas rítmicamente al compás de mi lengua. Ella comienza a pellizcarse sus pezones. Siento su clítoris duro, es un rico botón que mis labios succionan una y otra vez. De pronto sus manos toman mi cabeza obligándome a chupar más, estira las piernas, siento como se tensan y lleva una de sus manos a su boca para apagar el grito que viene porque está a punto de tener un orgasmo. Su cuerpo comienza a convulsionar dejando salir ricos fluidos por su vagina.
Dejo que se reponga un poco y tomando mi verga, la pongo en la entrada de su vagina, introduciéndola lentamente, sintiendo como se va abriendo a cada centímetro que se la meto hasta el fondo. Se levanta quedando apoyada en sus codos y nos fundimos en un beso eterno, comenzando a meter y sacar mi miembro, que rica sensación el sentir como entra y sale totalmente lubricado por sus líquidos. Sus piernas me abrazan y me ayuda moviendo sus caderas acoplando nuestros movimientos. Me dice que no cree poder tener otro orgasmo y es cuando más fuerte y rápido comienzo a cogerla, mis testículos chocan con su vagina una y otra vez, comienza a gemir pidiéndome que no pare, que siga más fuerte, sus gemidos suenan como a quejidos y llega el momento en que me abraza con todo su cuerpo diciéndome que yaaaaaaa, la inundo de<b> semen </font></b>y se desvanece en mis brazos, mis piernas están escurriendo copiosamente por sus líquidos, ella también eyaculó. Así dentro de ella, la llevo cargando al sillón. Ella sobre mí, yo dentro de ella, me llena de besos mientras le acaricio la espalda.
Una vez recuperados me dedico a vestirla. Se levanta y va al baño para limpiarse, al regresar yo ya me encuentro vestido. Entra con una sonrisa y más guapa. Le pregunto si tiene dudas de que pueda ser menos sensual que mi clienta, se ríe y no dice nada. Ese día no fuimos a comer, pero valió la pena.
Seguimos teniendo encuentros frecuentemente, pero solo que ahora lo hacemos en hoteles ya que así podemos darnos más tiempo para disfrutarnos y gozar.

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